domingo, 27 de febrero de 2011

El Barrio de la Gente Silenciosa.

En la zona Oriente, al Sur y al Norte, el Sol se pone sobre pequeñas casas de colores. Su optimismo pareciera invitar a la cercanía. Cantan en silencio, y sus notas son de luz y vida.
Los árboles vibran al compás del coro, y son testigos de un fenómeno extraño, malsano, desafiante...
Al llegar, el color es el mismo, y la perfección de los hogares es fulminante. Los vehículos, radiantes. El pasto, como alfombra de terciopelo. La temperatura es perfecta, pues el calor es templado adecuadamente por el follaje, no espeso, pero fragante, que protege los ojos y la piel.
Todo es quietud y paz. Sin trinos, ni ladridos, ni la risa de los niños. Las casas son mosaico, vibrante y vivo. Mas dentro de la puerta, pareciera habitar la sombra de la Muerte.
Allí, el Silencio enloquece al osado que decida pasear por las calles de la colonia. Sus coloridas fachadas son simplemente mausoleos folclóricos, plagados de leyendas, mitos, hombres de otros tiempos.
Si tocas una casa, se abrirá la puerta, tan fresca y perfumada como el barrio entero. El Silencio reinará todo.

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